Fernando de la Quadra Salcedo: La Poesía de la Historia
- Autor:
- José Ramón Blanco
- Precio:
- 15,00 €
- Nª de páginas:
- 233
- Encuadernación:
- Tapa blanda
- Editorial:
- Muelle de Uribitarte Editores
- Idioma:
- Español
- Temática:
- Historia
Sinopsis:
Una vez más, nuestra Fundación y MUELLE DE URIBITARTE EDITORES vuelven a unirse para recuperar la lectura y el conocimiento de uno de los bilbainos más destacados y originales de comienzos del siglo XX, el poeta, historiador y genealogista Fernando de la Quadra Salcedo y Arrieta Mascarua.
Nacido el 30 de diciembre de 1889 en Güeñes, desde muy joven se afincó en Bilbao, donde desarrolló una intensa actividad como abogado, periodista y conferenciante.
En 1916 fundó la revista ‘Idearium’, editada por el Círculo de Bellas Artes y Ateneo de Bilbao, donde publicaron importantes intelectuales vascos de la época, como Miguel de Unamuno, Telesforo de Aranzadi, Pablo Zamarripa, Luis Araquistain, Arturo Campión, Juan de la Encina, Resurrección María de Azkue o Joaquín de Zuazagoitia, entre otros.
De la Quadra Salcedo fue autor de pasionadas monografías históricas, como ‘El castillo de Butrón’, ‘Los vascos del Renacimiento. Trátase de lo que hicieron en el Sacrosanto y ecuménico concilio Tridentino’, ‘Fuero de las M. N. y L. Encartaciones’, ‘Ensayo sobre el renacimiento vasco’o ‘La primera vuelta al mundo. Participación de Vizcaya en la expedición del Cano’, entre otros, y publicó numerosos artículos en ‘Vida vasca’, ‘Euskalerriaren alde’, ‘Euzkadi’, ‘Hermes’ y otras publicaciones de la época. De él dijo Julio Urquijo que tuvo un gran amor por el país, al punto de que “veía todo lo vasco con cristales de aumento”.
Su pasión por la genealogía, unido a la pertenencia a una familia vinculada históricamente con buena parte de las casas reales europeas, le llevó a considerarse descendiente directo de Iñigo Arista, el primer rey navarro conocido, por lo que llegó a declararse heredero legítimo de la corona de Navarra e, incluso, del Principado de Andorra. Según contaba jocosamente Pío Baroja, De la Quadra Salcedo “hablaba de sus parientes del Imperio Romano como cualquiera puede hablar de su tía de Alcalá o de su primo de Chinchón”.
Con todo, Fernando de la Quadra Salcedo se mostró partidario de crear una universidad vasca, en un memorable discurso pronunciado en diciembre de 1923, apelando a la tradición ilustrada y al sentido práctico del Conde de Peñaflorida y de los caballeritos de Azkoitia.
Asimismo, en 1931 publicó el libro ‘Defensa de la obra de los vascos. ¡Cavernícolas, cavernícolas!’, contra los feroces ataques de que era objeto la minoría vasco-navarra en las Cortes de la República, donde en apenas 60 páginas demostró su conocimiento casi académico de la historia en general y de la historia vasca en particular, con un completo repaso de las grandes aportaciones de los vascos al progreso de la Humanidad.
Por desgracia, el estallido de la Guerra del 36 truncó para siempre las ilusiones de futuro de cientos de miles de personas, entre ellas Fernando de la Quadra Salcedo, quien murió en plena madurez intelectual, cuando se hallaba inmerso en la redacción de una nueva serie editorial titulada “Folletos históricos y de actualidad”, de la que sólo aparecieron dos números. Como escribió Julio Caro Baroja, “su fin trágico no correspondió a su carácter apacible”.
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