El viaje de Jare y Ona

Todo empezó con el lema “Libertad, igualdad, fraternidad”, que se escuchó por primera vez en Francia hacia el año 1789. La consigna se fue extendiendo por toda Europa, al mismo tiempo que la idea de que el sentimiento y la imaginación eran más importantes que la razón.

En esta larga época romántica, que duró más de los cien años del siglo XIX, Napoleón pretendía conquistar el mundo, Goya pintaba cuadros hermosos, Dickens escribía historias sobre niños huérfanos, en Europa se descubrían restos de seres humanos prehistóricos y en Portugalete se construía, a finales de siglo, el Puente Colgante. Por aquellos años, nuestros tatarabuelos consiguieron grandes avances para que viviéramos más cómodos y pudiéramos comunicarnos y viajar más rápido que como lo habían hecho sus antepasados. Por eso inventaron la bombilla eléctrica, el teléfono, el ferrocarril y el barco de vapor. Y también la anestesia, para que no sufriéramos cuando nos tienen que operar…

La economía empezó a establecer las bases para el desarrollo de las industrias y los bancos tuvieron un papel cada vez más importante. Todo empezó a moverse de forma imparable y las sociedades cambiaron. Muchas personas ya no querían vivir de la agricultura y se fueron del campo a las ciudades que, cada vez, eran más grandes y pobladas. Otros decidieron aventurarse más y viajaron hasta América para probar fortuna allí. Europa estaba en movimiento y también la música empezó a alimentarse de nuevos sonidos. En este panorama, las obras de Schubert, Mendelssohn, Wagner y Strauss destacaron por su belleza y también por su innovación.

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A Franz Schubert, que nació en Viena el 31 de enero de 1797, su padre le pedía que le ayudara a dar clases en su escuela, pero a él le arrastraba la música porque su cabeza estaba llena de melodías y prefería reunirse con sus amigos y amigas para cantar, tocar el piano, recitar poemas o jugar a los juegos de moda. Muchas veces no tenía dinero para comer ni para encontrar alojamiento, pero estas dificultades no le apartaron nunca de lo que más le hacía disfrutar: la música y la amistad. Aunque murió muy joven, tuvo tiempo de escribir más de mil canciones, muchísimas piezas para piano y también para grupos de tres, cuatro o cinco instrumentistas y para orquesta.

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Felix Mendelssohn nació en Hamburgo el 3 de febrero de 1809. Cuando tenía 8 años, soñaba que de mayor sería director de orquesta. Tuvo la suerte de poder practicar desde pequeño con una batuta y ensayar las composiciones que él inventaba con un grupo de músicos contratados por su familia que, además de dinero, tenía ganas de que sus hijos aprendieran música, idiomas, practicaran deportes, viajaran… Su hermana Fanny también fue una compositora de mucho talento y aunque su música es muy bella, debido a las costumbres de la época, no era tan conocida. Félix murió en la misma ciudad alemana, Leipzig, en la que nació Wagner y le dio tiempo a ser un gran pianista, compositor, programador de conciertos y director de orquesta.

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A Richard Wagner siempre le apasionó el teatro. Había nacido en Leipzig el 22 de mayo de 1813 y su padre murió pocos meses después. El pequeño Richard se colaba siempre que podía en las representaciones teatrales en las que actuaba su padrastro que, además de actor, era pintor y poeta. En su casa se reunían músicos y artistas de todo tipo y ya desde niño tuvo claro que quería dedicarse a una profesión que aunara todas las artes posibles. Por eso se hizo compositor de óperas en las que inventaba la música y también la historia, dirigía la orquesta, pero también a los actores. Pasó el final de su vida en Venecia, ciudad que parece un gran escenario teatral.

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Richard Strauss nació en Munich el 11 de junio de 1864. Iba a muchos conciertos porque le gustaba la música y porque su padre era el trompa principal en la orquesta de la ciudad. Pasaba muchas tardes en casa aprendiendo a tocar el piano con su madre y escuchando a su padre ensayar. Estos estímulos y su gran talento, hicieron que desde muy jovencito escribiera composiciones muy conocidas que, después, se han usado en muchas bandas sonoras para el cine. De todos estos compositores es el que más años vivió y por eso es el que conoció una orquesta más grande, con muchos instrumentos de cuerda, viento y percusión, para la que escribió obras poderosas y brillantes.