Odisea es el viaje que emprendió Ulises (personaje creado por Homero), un viaje largo y plagado de aventuras, no siempre afortunadas. A través de la magia y la genialidad de Stanley Kubrick descubrimos ‘2001, Odisea del Espacio’, en la que se inmortaliza ‘Amanecer’, la primera parte del poema sinfónico de Strauss ‘Así hablaba Zaratustra’, que favoreció su conocimiento por parte del gran público. No podía faltar en la nomenclatura de las salas del Festival.
La Biblioteca Shakespeare es una de las principales fuentes de inspiración para los compositores, por eso una de las salas recibe este nombre. Además, lo que simboliza la obra del dramaturgo inglés es su uso de la poética y el drama, herramientas que maneja de manera extraordinaria Felix Mendelssohn, que se basó en la obra del maestro de Stradford-Upon-Avon para componer la obertura de ‘Sueño de una noche de verano’.
Schubert tenía 20 años cuando compuso uno de sus quintetos más populares, cuyo nombre sirve como excusa para bautizar una de las salas. Se trata de una música compuesta para todo tipo de público, fácil de escuchar, placentera, pegadiza, y envolvente e idónea para reuniones camerísticas.
La obra de Schubert tuvo una difusión cuanto menos peculiar. Los artistas e intelectuales que rodearon al creador vienés se reunían en tabernas y casas particulares, lejos de los salones y los ambientes más selectos. Allí se comía, bebía, charlaba y principalmente…se creaba música. Las obras de Schubert se ‘estrenaban’ en las citadas reuniones que fueron denominadas como Schubertiadas. De ahí el nombre de esta sala.
J.W Goethe fue un gran representante del Romanticismo y su obra ‘Las desventuras del joven Werther’ es una de las más conocidas. Werther es el retrato del romántico por excelencia: rebelde, sentimental, fatalista, apasionado, obsesivo…cualidades que se unen al amor por la Naturaleza, el Arte y un patriotismo teñido de melancolía. Por eso su nombre figura en una de la salas de Musika-Música 2016.
Cósima Francesca Gaetana Wagner fue la hija del pianista y compositor húngaro Franz Lizst y la condesa y escritora Marie d’Agoult. Se casó con el director de orquesta Hans von Bülow, a quien abandonó para casarse con el compositor alemán Richard Wagner. Su nombre no podía faltar en esta edición.
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